Como cualquier productor o productora, el objetivo de todo avicultor es el de
obtener buenos ingresos de su explotación. Para ello su negocio debe ser
rentable y sufragar, parcial o totalmente los gastos de su familia, amortizar
inversiones y obtener una ganancia. La rentabilidad está determinada por factores
externos, los cuales no pueden ser controlados directamente por el avicultor; tales
como: alzas en precios de alimentos concentrados y otros insumos, o baja en
precios de venta de productos.
Con una buena administración se puede reducir los riesgos que presentan esos
factores externos; así, la explotación puede ser rentable mediante una buena
planificación, organización, control y dirección de los procesos productivos. Estos
procesos a su vez, pueden ser técnicos o financieros, como conversión
alimenticia, mortalidad, tensión o estrés, etc.; o malas inversiones que afecten el
flujo de caja.
Todo lo anterior para concluir que, la administración es absolutamente necesaria
en este tipo de explotación y cuando es aplicada correctamente, le permitirá al
productor conocer en todo momento el estado financiero de su empresa, evaluar
los "pro y los contra" de la misma y le servirá de experiencia para sus futuras
inversiones. Existen otros factores que influyen en los resultados normales como:
razas, clima, manejo y sistemas de alojamiento.
En toda explotación avícola debe combinarse equilibradamente dos componentes:
uno administrativo y otro técnico o de manejo. Esto asegura el éxito de las
empresas. Para lograr el objetivo deseado se debe mantener buenos registros
que sirvan para evaluaciones periódicas, para fortalecer las labores más rentables
y desechar las económicamente negativas. Por otra parte, el programa de manejo
implantado debe ser seleccionado cuidadosamente con los mejores criterios y
técnicas modernas, para que estos animales de razas especializadas puedan
manifestar todo su potencial genético en un ambiente controlado técnicamente.
fuente: http://iepades.com/